lunes, 16 de agosto de 2010

Déjame cerrar los ojos y dejar de verte, no me obligues a abrirlos para dejar de hacerlo.

Ven, ven y cúrame, me has hecho daño...
Déjame que te quiera, cúrame, ríeme.
Quiéreme, hiéreme hasta hartarte, regáñame por no dejar de exigirte, por no poder llamarte.
Que no te duela volver sin avisarme, ensueñame.
Léeme lléndome.
Déjame cerrar los ojos y dejar de verte, no me obligues a abrirlos para dejar de hacerlo.
Déjame estar,
déjate ser,
déjalo estar.


Con mis gafas.
Te echo tanto de menos, amiga...
Te quiero, desde lo mas profundo de mi corazón te lo digo.
Creo que nunca te lo he dicho, por lo menos aquí no.
Te doy las gracias, por cada momento en el que has endulzado mi vida. Te doy las gracias por haber subido a verme a Madrid, por haber sido tú, conmigo. Gracias por haberme enseñado, que la risa, curiosamente, es el mejor aliado en los momentos más difíciles.
Gracias por haber entrado en mi vida sin llamar a la puerta. Te odiaré siempre por haberte ido como llegaste. Sin avisar.
Nunca te olvidaré. Formarás parte de mi corazón, mi alma... y mi culo cuando me tatúe en tu honor.
Y es que todavía, tengo tanto que decirte, y tantas explicaciones que exigirte...













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