martes, 22 de marzo de 2011

Te echo de menos.



Somos fruto de nuestras heridas, de cómo las afrontamos en su momento, de cómo afectaron a nuestra vida. Aún siendo imposible la coincidencia, lo menos probable acaba siendo lo más temido. Y el estar alerta, pasa de ser una opción, a un lastre. El mapa de nuestro cuerpo, forja nuestra historia vital, y las historias, escritas como tatuajes en nuestra piel, permanecen con nosotros. Puede que con el tiempo la tinta se diluya con el sol que día tras día nos acompaña, sí, pero también es posible que las heridas del alma nos acompañen, con más o menos ímpetu, durante toda nuestra efímera vida.

¿Y qué pensar de la angustia, por la pesada espera del cambio, que no llega?¿Volveré a ser el que fuí antes de ciertas vivencias? Una duda tan utópica como ésta no sirve de nada... ¿Podré aprovechar las heridas de vivir, para, de una forma constructiva, no volver a caer en la misma piedra? Aún siendo imposible la coincidencia, lo menos probable acaba siendo lo más temido. Y es que no creo que haya nada de lo que huir después del huracán. A veces llego a pensar cuán estúpido puedo llegar a ser, por sentirme manchado por el pasado, y por tener un miedo atroz al mismo. No creo que haya nada mas irracional e incontrolable, que tener miedo a algo que no está presente. ¿Tiene sentido tener miedo al pasado? ¿Tiene sentido tener miedo a algo que ya, no está presente?



No hay comentarios:

Publicar un comentario